Es muy importante cepillar correctamente nuestros dientes, y a veces no lo hacemos del todo bien.
1. Primero y ante todo, hay que escoger un cepillo de dientes que sea blando, porque las cerdas blandas entran más fácilmente en las cavidades y no irritaran las encías. Si los filamentos están torcidos o desgastados, mejor sustituirlos. Los expertos recomiendan cambiar el cepillo cada 3 o 4 meses.
2. Una cantidad de pasta equivalente a un centímetro es suficiente.
3. Para limpiar las superficies externas, hay que colocar el cepillo en un ángulo de 45º, a la altura de la unión de la encía y el diente. Se tiene que mover suavemente con pequeños movimientos circulares y laterales, y aplicar una ligera presión para que los filamentos penetren en los dientes.
4. Hay que repetir el mismo proceso en la cara interna. En los dientes de delante, colocar el cepillo en posición vertical, haciendo movimientos de arriba a bajo.
5. Cepillar también la lengua durante unos 30 segundos.
6. Una vez realizado, vamos a aclarar el cepillo, escurrirlo bien y dejarlo secar al aire en posición vertical, con las cerdas hacia arriba. Mejor no taparlo ni dejarlo en recipientes cerrados.
7. En el caso que no sea posible cepillarse los dientes después de cada comida, lo ideal sería enjuagar un poco de agua: solo con este paso vamos a reducir las bacterias hasta un 30%.
8. Para completar la limpieza, hay que utilizar un hilo dental para eliminar los restos que no llega el cepillo.