Todas sabemos que las infusiones son súper buenas para nuestro organismo porque nos aportan múltiples beneficios. Per hay que tener en cuenta que cuando hablamos de infusión nos podemos referir a una decocción, maceración o la propia infusión. ¿Sabéis las diferencias entre los 3? Vamos a aprender a diferenciarlos y a solucionar algunas dudas que quizás tengáis.
La infusión: es la preparación más sencilla y la que todos conocemos. Se trata, simplemente, de añadir agua hirviendo sobre las hierbas, plantas o flores y dejar que repose tapada durante unos minutos. Luego se filtra y nos tomamos el jugo, con algún edulcorante.
La decocción: es similar a la infusión pero más concentrada y, por supuesto, con un sabor más intenso. ¿Cómo se prepara? ¡Muy fácil! Hay que echar las hierbas, las plantas o las flores en agua fría, y luego se pone en el fuego y se espera que llegue a la ebullición. Solo hay que dejar que hierva unos 10 minutos y ya nos lo podremos tomar.
La maceración: consiste en dejar las plantas, hierbas, semillas… en agua a temperatura ambiente durante un tiempo. Con esto, vamos a extraer de la planta beneficios que con el calor no obtendríamos.
¿Cómo sumar beneficios a las infusiones? Si agregamos un chorrito de limón a nuestras infusiones, las haremos más digestivas, antivíricas y ayudaremos a neutralizar toxinas.
Tened en cuenta que las hierbas caducan (al cabo de unos dos años), sobretodo las que vienen en bolsas. Si las compramos a granel, no hay tanto peligro, pero es muy importante conservarlas en un lugar seco.
Y ahora que hace calor, que no os penséis que tenéis que tomar las infusiones calientes. ¡Tomándolas frías también conservan sus propiedades! Eso sí, en ciertos casos, el calor nos ayuda a relajar el sistema digestivo, así que si os tomáis una infusión digestiva, es mejor que esté tibia o caliente.
Hola Patry, leí en Internet sobre el té azul o té de Oolong, es cierto que su poder quema grasas es aún mayor que el del té verde??
Muy bueno Gracias por este buen dato.