Los pensamientos se apoderan de nosotros y a veces nos consumen. ¿Por qué pensar mal cuando podemos pensar de forma positiva? La felicidad se alcanza cuando cambiamos nuestra forma de ver la vida, cuando buscamos la positividad en las pequeñas cosas, en la sencillez.
Pero el hecho de pensar en positivo también significa esperar las cosas buenas que tiene la vida. Si somos personas negativas y pesimistas, no nos va a decepcionar nada, porque tampoco esperaremos nada. Eso sí, hay que ser positivo y optimista teniendo los pies en el suelo, y saber que hay que superar momentos difíciles, pero que hay que hacerlo con ánimo, porque después los buenos momentos saben mejor.
Lo mejor que se puede hacer ante una situación difícil es buscarle el lado positivo y buscar una solución al problema. La solución nunca suele ser A o B, o blanco o negro, o Sí o No… a veces hay términos intermedios. Algo que es muy importante es no culpabilizarse de los hechos. Si algo sale mal no tiene porque ser culpa tuya. Y sobretodo, quejarse no es una buena forma de evadirse de los problemas, porque hacemos daño a otras personas. Hay que sustituir las quejas por otro tipo de expresiones que nos den energía y ánimo para seguir adelante. Porque los pensamientos negativos no suelen tener una base real, o a veces exageramos la negatividad, así que hay que parar a pensarnos si realmente es tan grave como lo pensamos.
Y por último, pensad que el optimismo se contagia, así que hay que rodearse de gente que siempre tenga una sonrisa y que nos de apoyo y ánimo.
