Hoy os voy a dar algunos consejos para organizar cenas ligeras y, sobretodo, organizar comidas sanas según vuestras necesidades o vuestro tiempo.
Recordad que las cenas tienen que ser ligeras pero que nos sacien. Mejor si usamos pocos ingredientes para tener una mejor digestión y podamos dormir mejor. Además, daremos menos trabajo a nuestro estómago. Lo mejor es que los alimentos sean cocidos para ayudar a nuestro sistema digestivo, así que mejor hay que dar preferencia a la comida cocida antes que la cruda. Y recordad que la comida tibia es más saciante, por lo que por la noche es más conveniente, así no tendremos que levantarnos con hambre. Aunque cenéis una ensalada, si es temblada os saciará más.
Y para comer menos… una manera es cenar durante una semana una crema de verduras que no sea muy triturada, para tener que masticar un poco, y un yogur o una pieza de fruta cocida, como una manzana al horno.
Para levantarnos con el vientre más liso… lo ideal es una crema de verduras o un caldo con poca pasta y de segundo, un pescado blanco o pavo. Recordad que las cremas de verduras las podéis dejar hechas (incluso congelarlas). De esta forma, tendréis cena para muchos días de la semana, y no tendréis que cocinar.
Si durante el día hemos hecho algún exceso o nos hemos tomado una comida libre, por la noche cenar una crema de verduras con solo verduras, sin nata y mejor sin patata. Solo agua, verduras, un poco de aceite de oliva y sal. Y si quieres conseguir más sabor, añade un poco de pimentón o especias.
¿Eres de los que o las que picotea al cocinar? Lo mejor es merendar, así evitaremos picar cuando hacemos la cena. Un puñado de almendras con un yogur nos saciarán lo suficiente. Pero si no tenemos tiempo, una barrita de muesli nos ayudará, junto con una infusión.
