¡Vamos a allá con el audio de hoy! Hoy te animo a reflexiones con esta frase “yo ya no quiero estar triste”. ¿Tú quieres estar triste? ¿Verdad que no? Pues deja de verlo todo de color gris. Deja de verlo todo desde la sombra, des del lado más oscuro, siempre buscando lo peor. así ¿Cómo vamos a ver lo bueno si lo primero que hacemos es buscar los contras? Es difícil, muy difícil. Así uno nunca consigue sentirte bien.
Te animo a que intentes verlo desde el otro lado. No pidas tanto, no lo etiquetes todo, no te quejes tanto, y no dramatices, por favor. Deja que vengan las cosas y busca tu la parte positiva y el aprendizaje que puedas sacar. Ya verás que todo lo que ahora es gris cambia de color (Una de las frases más repetidas de este podcast). No es lo que realmente pasa lo que te duele y te daña sino lo que piensas que te pasa. Vigila con tus interpretaciones.
No os voy a engañar. Durante mucho tiempo yo utilizaba la trampa o la mentira de dramatizar un poco la situación para darme un poco de presión, y salir adelante. Sentía que así es cómo espabilaba y me volvía más resolutiva. Tirar de este recurso en alguna ocasión, aparentemente, no es malo, pero si caes en tirar de que siempre que quieres dar el 100% es un error. Al menos en mi perspectiva y mi experiencia, porque das el 100% porque piensas que estás en peligro, estás entre la espada y la pared y por eso te vuelves resolutivo y creativo, para salir de esa situación. Pero si abusas de esto, acabas sufriendo todo el proceso siempre y acabas en una adicción. Aunque salgas delante de esa situación, sufrir el proceso no es la solución, lo que hay que buscar es disfrutar el presente y el proceso y sobre todo, lo mas inteligente es hacerlo fácil y aprender a dar lo mejor de nosotros sin tanta presión inventada.
Y os prometo que me costó salir de ese vicio porque me funcionaba, pero no era sano, no me hacia bien. Conseguía cosas por cabezota, por autoxigente y por perseverante, pero… ¿De qué sirve hacer cosas y tirar hacia delante de esta manera? De nada.
Así que mi recomendación es que no abuses del lado oscuro, de crear situaciones imaginarias que acabamos creyéndonos… y voy más allá. Te animo a que revises todas tus creencias. Aquellas que te dicen lo que está bien o mal, las que te dicen si es malo o bueno, las que juzgan.
Pero… ¿Qué son las creencias? Pues son las ideas y pensamientos que están en nuestra cabeza. Muchas veces las programas inconscientemente y se instalan en tu interior. Las vas acumulando por tus vivencias, experiencias, por la sociedad, familia, por lo que te han dicho y has visto… es como sin darte cuenta fueras almacenando a lo largo de tu vida un montón de pensamientos e ideas.
Esas creencias hay que revisarlas. Pueden estar caducadas, puede ser que ni siquiera seas consiente de que están allí…, puede que si las revises estés en desacuerdo y además, piensa que muchas son limitantes.
Ellas son las que te hacen juzgar y etiquetar las situaciones. Son las que te dicen lo que es bueno y malo, las que te dicen si es cierto o no. Así que si son importantes… ¿Por qué nosotros actuamos en base a ellas?
No hay que tener miedo de juzgarnos a nosotros mismos, de cuestionar todo lo que pensamos para revisar y no solo seguir lo que nos han dicho o lo que pensamos desde pequeños. Hacer este ejercicio de revisión puede ser muy sano, porque puede desatascar algunos problemas de conducta y algunas cosas que no nos dejan estar bien.
Tómate tu tiempo para pensar, y sino, simplemente, cuando actúes y tengas pensamientos, párate un instante para reflexionar si lo que piensas , juzgas o haces es la mejor opción. Así de simple, simplemente revisa.
Libérate, solo te necesitas a ti mismo para estar mejor, para ser feliz. No tienes que hacer nada por nadie. Lo que hagas, que te haga feliz. Hazlo por ti. Y acuérdate de que de lo malo siempre se puede sacar algo bueno. Sino lo consigues, algo estás haciendo mal. Tienes que ser valiente, no puedes dejar de vivir libre y valiente para poder mejorar. Valiente para sacar lo mejor de ti y, para ello, te tienes que permitir errar y fallar. Te tienes que permitir no ser perfecto/perfecta. Tienes que entender que no pasa nada. Cuando algo pase, repítete: no pasa nada, y busca una solución, busca lo bueno.
Al principio cuesta verlo así todo, pero si revisas tus creencias con criterio. si lo alineas con tus valores, lo conseguirás. Porque si te engañas cuando te dices que va a ser el fin, cuando dices “no voy a ser feliz sino tengo pareja”, “si no tengo un mejor trabajo”, si no tengo… No te equivoques. Te estás engañando. No necesitas nada… Se necesita muy poco para estar bien: solo tú y tu cabeza bien amueblada. Mensaje simple y fácil. Inténtalo y ya me contarás. Es cuestión de practica. Si lo has hecho con las sombras, puedes hacerlo con los rayos de sol.
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