Una de las claves principales para comer mejor está en dar pequeños pasos para poder empezar y que nos sea mucho más sencillo.
Cumple tus objetivos con más facilidad si te propones metas más alcanzables.
Por ejemplo, cambia las patatas fritas de bolsa por las naturales y caseras de toda la vida. Seguiremos por probar las patatas al horno o bien en una airfryer para probar nuevos sabores e ir reduciendo su consumo progresivamente. Un capricho lo puedes tener ¡pero siempre viendo el equilibrio!
Otro punto importante es la velocidad. Sí, sí, como lo oyes, tendemos a ir siempre con mucha prisa en nuestro día a día y no solemos ser conscientes de la importancia que tiene parar para comer. Evita distracciones en tus comidas y ¡date una pausa!
Esos días más exprés prueba en hacerte comidas rápidas que no sean muy copiosas y difíciles de digerir. Opta por un plato combinado, ensaladas o cremas acompañadas de una pieza de fruta.
Controla tus porciones y aplica el método del plato saludable. Intenta siempre utilizar el mismo plato para tus recetas, así de esta manera tendrás un estándar en tus porciones. Y lo mismo ¡con los utensilios!
Pica entre horas pero siendo consciente de lo qué comes. Normalmente es uno de los puntos que más cuesta de aplicar, ya que pensamos que no es importante, y en realidad es uno de los puntos donde la gente más flaquea.
Busca tu snack saludable ¡y crea versiones diferentes! Tienes muchos tipos: barritas caseras, mueslis, yogures, fruta, frutos secos al natural…
Haz un seguimiento de estos puntos para ir construyendo tus hábitos paso a paso. Además, te servirá para poder ver tus propios errores y rectificarlos.
Para poder aplicar todos estos trucos, necesitas…. ¡una buena planificación! Así que escribe todo aquello que necesitas para no dejarte nada en el súper.
