Uno de los retos más difíciles en este momento, es poder sustituir alimentos por otros que sean más sanos y ricos.
Vamos a ver algunas pautas para poderlo realizar.
1.Reduce el consumo de azúcar
Hay azúcares que nos aportan beneficios y otros que solo tienen calorías. No renuncies al primero, presente en fruta, porque siempre va acompañado de la fibra. Y cuando tengas antojo de un dulce… Permítetelos. Los mejores dulces son los caseros, sustituye el azúcar blanco por fruta como el plátano o dátiles para hacerte unas galletas o bizcocho.
Vigila cuando comes pan de molde, yogures, o otros alimentos procesados ya que llevan escondido el azúcar y tienen una buena cantidad. Lee atentamente las etiquetas, sobre todo si es uno de los ingredientes principales, no lo cojas.
2. Menos grasas y bien elegidas
No renuncies a las grasas en tu dieta pero sí apuesta por las saludables. El aceite de oliva puede sustituir a la mantequilla en una crema de verduras y hasta en unas magdalenas. También puedes sustituir la margarina por la vegetariana. Y si te apasiona el queso, elige los frescos y los menos curados; el requesón es un buen sustituto.
3. Huye de los atificios con calorías vacías
Lo peor no es tanto la cantidad sino lo perjudicial que puede ser. Los productos de bollería son un gran ejemplo y es qué es mejor hacer la versión casera y natural de ellos. Aunque también puedes buscar una pastelería que sea artesanal y disfrutar de tu momento. Huye también de los productos light, sustituyen el azúcar por edulcorantes artificiales y llevan aceites vegetales poco recomendables. Y los de % materia grasa, para mantener el sabor, añaden azúcar.
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